Salud y Bon Appetit!

partes de nuestro recorrido...


lunes, 13 de enero de 2014

Medio Mundo, Parte 2

Al principio me senti un poco confundida, pues no veia la clasica arquitectura Shikumen, donde esta el color rojo y negro? donde los dragones? el jade? la seda y las perlas? los templos, los peces carpas? Shanghai se me presentaba como una ciudad modernisima, occidental y capitalista. Las  agencias Maseratti y Lamborghini compiten una al lado de la otra. Los Mercedes, Jaguar, Rolls Royce tocan sus cornetas al unisono en las transitadas calles. Si no fuera por las personas y los letreros en chino (y en ingles) podia estar en cualquier parte. 
Asi, que buscando llegamos a Yu Yuen (Jardin Yu) donde nos dimos banquete visual. Finalmente todo estaba alli. 



Tomamos el brunch en un inmenso restaurante de self service con larguisimas estaciones. Postres, ensaladas, cangrejos peludos y xiaolongbao que es un pan chino relleno de caldo y de cerdo o cangrejo clásico en Shanghai y se come clavando un pitillo, dumplings al vapor, a la plancha o fritos con diversos rellenos, pescados enteros, pechugas y  piernas de pollo (tambien las paticas…), fideos, arroces, vegetales…Es difícil la selección, llevas tu bandeja y vas poniendo lo que te tienta. Al final la cajera saca la cuenta, pagas y te vas a tu mesa. Aparentemente en los momentos en que Shanghai estaba dividida en varias concesiones, esta area de Yu Yuen era exclusivamente china y los edificios han sido acondicionados pero son los auténticos. Vimos artistas que pintan con el dorso de la mano, ventas de papagayos y de juguetes motorizados que volaban por los aires dando vueltas; varias joyerías con piedras preciosas y semi con precios insólitos, sederías, ropa, calzados, los clásicos souvenirs, varias tiendas de te con gran variedad y que puedes degustar en una pequena ceremonia sentados a una mesa muy particular, parecida a una gran bandeja, hecha de barro al igual que la tetera, que deja escurrir el hirviente agua y al final va tomando los aromas de jazmin y te. El ambiente es increíble, a pesar de la gran cantidad de personas, nunca me senti preocupada por nuestra seguridad. En verdad, en todo el viaje jamas tuve esa sensación, ni siquiera paseando en la noche. De hecho nos sentimos como unos emperadores.

También queríamos visitar un templo y fuimos al del Buda de Jade. Hermoso, tranquilo, full de incienso, devotos y cintas rojas, abrumador en la cantidad de diversas estatuas. Al fondo del templo hay un pequeno estanque con carpas o Koi, esos sinvergüenzas peces color naranja, amarillo y blanco que sacan la cabeza del agua para comer. Bueno, allí venden un saquito de comida especial para alimentarlos y aumentar nuestra suerte. En un ataque de pichirreria no quise comprarlo (a costa de ser mas sortaria…) pero si fuimos testigos de una señora que a estas alturas debe haberse ganado un premio gordo y verán el porque en la fotografia. Se dejaron acariciar como cachorritos!!!!


Tomamos en otra oportunidad el tren Maglev, o Magnetic Levitation train que viaja a una velocidad de hasta 400 km/h desde el aeropuerto hasta una estación del metro y de vuelta nuevamente. 30 kilómetros que pasan ante tus ojos en solo 7 minutos en un extraordinariamente cómodo tren. Al principio me sentí aterrorizada ante la perspectiva de llegar a una estación principal  de metro entre miles de personas sabiendo tan solo a donde queríamos ir. Afortunadamente eso fue suficiente, seguimos al  rio humano y llegamos a una especie de ATM con pantallas táctiles que también estaban en ingles, tipo "usted esta aquí" y "Hacia donde se dirige", cuantas personas? tantos yuenes y listo! Todo en una sola maquina que hasta el vuelto te da.
También viajamos a Ningbo, una ciudad costera, en un tren regular. La estación de Shanghai es enorme, inmaculada, amigable, desayunamos  en Mac Donalds y puntualmente nuestro tren salió a dejarnos 2 horas mas tarde en la estación donde nos esperaba Victor para llevarnos a traves de bosques y lagos a Yuxi, un pequeño pueblo entre montañas donde visitaríamos una planta metalúrgica. Nos invito a almorzar a un restaurante, en el pueblo de los Elefantes  donde escogías directamente de los cajones el tipo de pescado  que deseabas. Ademas nos trajeron bamboo shots,   un vegetal parecido al brocoli, deliciosos tallos de arroz y el primer tofu que me he comido con gusto. Luego una sustanciosa sopa con un cangrejo entero y sorprendentes rebanadas de papa y tomate. A diferencia de Shanghai donde la mayoría de los platillos tienden a ser elaborados y a tener un toque dulce, este almuerzo estaba mas del lado saladito y sencillo.


Horas mas tarde, regreso en auto, tren y taxi y llegamos molidos a nuestro hotel. Yo creo que llegamos mas cansados que después del viaje en avión desde LA. 
Por cierto, descubrí el remedio contra el jet-lag. Hay que tratarlo con frio desprecio y ni siquiera mencionarlo. En este viaje cambiamos de franja horaria varias veces, de Montevideo a Miami, de allí a Los Angeles, de LA a Shanghai, de alli vuelta a LA y luego de varias horas de espera hacia Houston y luego Miami y Montevideo de nuevo.  Recuerdo que salimos de Shanghai el jueves a las 7 de la noche y llegamos a Los Angeles el mismo jueves a las 5 de la tarde. Entonces, tomar 1 tableta de melatonina todas las noches desde una semana antes hasta que se llegue a casita de nuevo. Tratar de dormir lo mas posible en el avion, aunque no corresponda. Al llegar a destino, y por muy cansado o despierto que se este, amoldarse inmediatamente al horario vigente. Nada de "para mi ya es de noche" o debería estar cenando, no acabada de levantar. Adaptarse es el nombre del juego y punto!

Caminando desde nuestro hotel, caminamos muchísimo en este viaje,   en dirección a Nanjing, llegamos a la gigante Plaza del Pueblo y al Museo de Arte Contemporaneo, tan disfrutable y con obras tan valiosas como las de cualquier museo de Europa. La entrada es gratuita y el ambiente muy fresco y bello.

Seguimos por Nanjing y compramos en la calle unos trozos de una fruta  gigante llamada Bonomi, que parece un gran cabello de angel y sabe a chicle de banana. La apestosa Durian la vimos en los supermercados y puestos de frutas, y realmente huelo espantosamente mal, una combinación de cloacas secas con espantos diversos. Manuel se atrevió a probar un pastelito de hojaldre relleno de una cierta mermelada de la fruta. El problema es el olor, de sabor no es muy extraordinario, pero apenas te llega el hilito blanco, como de las comiquitas que veia de niña, pierde el escaso encanto que tenia.

jueves, 9 de enero de 2014

Medio mundo Parte 1

Si, es cierto, se me pasaron los dias, las semanas se convirtieron en meses, y se me hizo difícil escribir.

Mi cabeza siempre esta flotando, manteniendo conversaciones imaginarias constantemente, brillantes todas por lo demás. Pero, y NO como propósito de los meses venideros, voy a contar de las salidas mas recientes que hemos hecho antes de que se me pierdan los papeles donde hice mis notas o se me joda Picasa y la ayuda visual se escape también.

Claro que fue medio mundo, volamos sobre el oceano durante 14 horas desde Los Angeles y todo la aprensión que sentía sobre visitar China y no entender ni siquiera lo que veía escrito, no ya lo que escuchaba, se me disolvió aproximadamente una hora y media después de llegar a nuestro hotel, el Shanghai Salvo Hotel, y cenar, quizas a la hora de desayuno, con un caldito caliente con rebanadas finitas de inidentificable y deliciosa carne, cilantro  y los increíbles fideos que hizo el cocinero frente a nosotros, golpeando contra la mesa un trozo de blanquísima masa, retorciendola, apretandola, girandola por el aire, hasta que en un momento, magico para mi,  aparecia todo un gran mecate hecho de perfectos fideos, que rapidamente sumergía en el caldo hirviendo por solo unos minutos.

Tremendo recibimiento!, lo que solamente había visto en vídeos y ni soné con presenciar, se nos ofreció en un minúsculo restaurante de 4 mesas, donde  compartíamos la salsa picante y nos levantábamos a tomar las escasas servilletas del lugar. Invariablemente fui motivo de risa para los comensales pues me salpicaba la ropa con el caldo al morder los dumping, con la salsa de soya, o con cualquier otra cosa. De cualquier forma, siempre comimos riquísimo!  Después de varios dias y de recorrer siempre este camino, el cocinero y su siempre sonriente hijo, nos saludábamos como viejos amigos. El concepto de analfabetismo tomaba una dimension extreme pues no a  hablar ni entender lo hablado, no era solamente leer o escribir. Pues, sabes que? los chinos que nos encontramos eran adorables y todo sonrisas, el lenguaje universal. Cuando alguno se arriesgaba en entrecortado ingles preguntarnos de donde éramos, las explicaciones iniciales de: somos de Venezuela, pero vivimos en Uruguay, dieron paso al incluyente "western" que era el que ubicaban mejor. Divertido, no? Si algunos de nosotros encasillamos como chinos a todos los que tengan los ojos medio rasgados, así sean mexicanos, pues ellos nos agrupan a los de ojos redondos con el termino de occidentales. Me parece justo, la verdad, quizás hasta no puedan diferenciarnos unos de otros físicamente. jejejeje.

Obviamente que en 8 dias tuvimos la oportunidad de comer en diversos sitios, el Din Tai Fung especializado en dim sun  (tim sam, dumplings, etc) y ganadora de premios, un self service en Yu Yuen garden en el cual  la selección de platos simplemente quitaba el sentido, pato laqueado en Yum Stone en el exquisito distrito de Xian Tian Di, Thai Princess, pato en el Xindalu del Hyatt Hotel on the Bund, considerado como de los mejores de Shanghai, y una miríada de restaurantes callejeros cuyos nombre jamas llegue a saber, en los cuales nos sentábamos y simplemente nos ponían un plato delante, con hirvientes dumplings o sopas calienta-huesos que nos caían de maravilla en el frescor del otoño chino. En tres oportunidades comimos parados en la calle, una especie de pizza con cebollinos, otra a la que le ponían un huevo  y aplastaban contra la hirviente plancha hasta que todo quedaba tostado y delicioso, panes rellenos de carne al curry cocidos con una especie de bano de huevo que los hacia crocantes, buñuelos japoneses picantes rellenas de pulpo llamados Tako Yaki, pinchos de cerdo y de carne con una bolita de pan en la punta de la madera, ojalá recordara todo, pero lo cierto es que con solo una excepción de un restaurante al que llegamos medio tarde en la noche, siempre comimos riquísimo. Por cierto, no siempre las cervezas estas tan frias como nos gustan a los de sangre tropical pero el sabor es rico, especialmente la Suntory.

Algunas cosas me saltan a la memoria y no quiero dejarlas pasar, el trafico en las calles de Shanghai es la locura, miles de motos y bicicletas que al parecer tienen códigos de transito diferente, pues están por encima de las luces de los semáforos o de las flechas de las calles.

Shanghai es una ciudad ruidosa, es gris, y sigo creyendo que era la epoca del año aunque me dicen que es la contaminación. Es una ciudad elegantísima, las mujeres usan los zapatos mas increíbles que he visto, pumps con tacones azul eléctrico altísimos, abrigos de colores insólitos con pieles en los bordes, cortisimas minifaldas o shorts con elegantes medias negras labradas, vestidos de encaje, caritas de muñecas preciosamente maquilladas, cabellos impecablemente cortados y peinados.

Shanghai es una ciudad electrizante.


El rio Huangpu la divide. La orilla  de The Bund es clasica, con mantenidos edificios europeos. El reloj del edificio de Aduanas anuncia con armoniosas campanadas en chino las horas del dia y de la noche, la pared del muro frente al rio esta sembrado en toda su extension con flores y pasto de manera vertical con lindos diseños.  De noche, este paseo, esta rambla, es la locura, en un momento pensamos que había algún festival, alguna celebración, por la cantidad de gente que paseaba, la musica, los flashes de las camaras, pero no, era solo una noche mas en la que la gente disfrutaba de la brisa del rio y de la sorprendente vision de los rascacielos que estan enfrente.


Odio las comparaciones, siempre hacen sufrir, pero a veces no hay mas remedio… New York, tus rascacielos son de juguete en comparación con los de Pudong. No solo compiten en las iluminaciones mas estrambóticas, ademas sus pantallas cubren frentes enteros de los altos edificios.

Times Square…no, cosita, dejame que te explique, las tuyas son de bombillitos LED, las de Nan Ying Road son la mama de las Luces.  Vendedores ambulantes de miles de cosas, cientos de restaurantes, tiendas de ropa, de zapatos, comercios de varios pisos tipo Bergdorf  Goodman, Bloomingdales o Macys, contamos mas de 15 solamente en esta calle. Entramos en uno especializado en comidas de 6 o 7 pisos, en la planta baja delicateses, pastelería francesa, puros, licores, flores, frutas, te, conservas, en los pisos siguientes, carnes deshidratadas, jamones, pescados, mariscos y decenas de cosas marinas secas, galletas, panes, aves, huevos de varios tamaños y colores. Mas arriba, comidas ya cocinadas y listas para llevar, dumplings, cerdo, pechugas, patos, gansos, fideos, arroces, sopas…Los últimos pisos tenian restaurantes, salones de te, heladerías, las escaleras mecánicas parecían vagones del metro. 24 millones de personas y se notan. Tiendas como estas vimos mas de 5, solo en Nan Ying Road, que ademas, es peatonal.

Vimos varias chicas vestidas de novias y siendo fotografiadas con los impactantes edificios de fondo, el turismo, asiatico en su demoledora mayoría, plena las calles, los abundantes centros comerciales, los parques, los restaurantes, las plazas. 24 millones de personas y se sienten cada una de ellas.