Medellin, como te pareces a mi tierra!
El verde y las colinas te abrazan por todos lados y tus sabores me
hacen sentir nostalgica de mis frutas exoticas y mis empanadas
fritas. Llegamos al Hotel Intercontinental Medellin, ubicado en la
zona de El Poblado, ubicacion super conveniente para nosotros pues
estariamos en un Congreso en el Centro de Convenciones y quedaba
bastante cerca. Exquisito hotel, genial atencion desde el momento de
llegada, te reciben con aguita helada y saborizada con limon,
tamarindo extranjero, o narajas en lindas jarras y copas de cristal,
sonrisas y elegancia, mucha vigilancia (pero casi imperceptible),
comodas y amplias habitaciones con un lindo surtido de amenities,
ademas de la esperada cafetera electrica, el mini bar y las batas y
pantuflas.
El desayuno es buffet y es extraordinariamente completo, frutas, jugos, cereales, fiambres diversos, monton de panes diferentes (podia morirme con el relleno de queso...) y tambien buffet caliente con “calentao” una especie de arroz con pollo y vegetales que vi en varias partes de Medellin, arepas, pan de queso, frijoles, huevos al gusto, salchichas, panceta y excelente cafe siempre listo y delicioso.
El desayuno es buffet y es extraordinariamente completo, frutas, jugos, cereales, fiambres diversos, monton de panes diferentes (podia morirme con el relleno de queso...) y tambien buffet caliente con “calentao” una especie de arroz con pollo y vegetales que vi en varias partes de Medellin, arepas, pan de queso, frijoles, huevos al gusto, salchichas, panceta y excelente cafe siempre listo y delicioso.
La noche que llegamos nos tomamos una
copa en el Bar del Lobby del Hotel, buen ambiente, relajado, ofrecen
musica en vivo algunas noches (no esa...), y ordenamos una
empanaditas crujienticas y con una salsita picante al lado
riquisimas.
Tuve un inconveniente al hacer la
reservacion a traves de Booking, pues tuve que cambiar la fecha de
salida (un dia mas) y el sistema aparentemente estaba caido, por lo
que decidi hacer una nueva con las fechas correctas. Magno
error!!!!!! ni siquiera pude eliminar la reservacion anterior y al
dia siguiente de llegar al hotel amanecio una notita debajo de la
puerta diciendome que como yo tenia otra reserva me iban a cobrar esa
estadia tambien. Yo, que tengo un problema psiquiatrico con el dinero
y los gastos, casi me desmayo. Mi principe azul bajo conmigo al
rescate y le explico a la joven de recepcion el caso, porque
supuestamente habia sido por “no show” y alli estaba yo!!! y que
el problema era de Booking y no podian hacer nada. Manuel pidio
hablar con el Gerente, que en ese momento estaba ocupado. Finalmente,
pudo conversar con el Sr. Diego Gomez Rendon quien le permitio
explicar el “caso” punto por punto pudiendo solucionarse todo de
manera perfecta y amable.
Bien por Diego, por su logica,
dedicacion, buenos modales, excelente atencion y cordialidad, lo que
lo convierte en un tremendo gerente!!! Mal por Booking que no deja
cancelar algunas reservaciones aun con varios dias de antelacion y
que no tiene un sistema que detecte una duplicacion de reserva.
No podre contar demasiado sobre los
restaurantes de Medellin porque le fuimos fiel a uno que quedaba en
todo el frente del Hotel y que nos fue recomendado alli mismo. Se
llama Hato Viejo y llegabamos solo al cruzar (corriendo) una avenida.
Alli comimos 4 veces y siempre fue estupendo, en especial la trucha a
la parrilla que llega doradita y crujiente con ensalada fresca y yuca
hervida. En su momento probamos la Bandeja Paisa, Carne a la
parrilla, Sopa criolla de vegetales que incluia apio (del nuestro) y
arroz con coco salado. Al llegar te obsequian una bandeja con
arepitas y tostones, mantequilla y guasacaca para acompanar tu
cervecita y referscarte en esta ciudad que en ese momento paracia del
“Propio verano” mas que de “La eterna primavera”.
Los almuerzos, una vez comenzado el
Congreso, fueron brindados estilo buffet caliente en el Centro de
Convenciones y estaban bastante bien. No se quien era responsible de
su preparacion, pero el servicio siempre fue amable.
Hay una nota que no supe a quien enviar
para quejarme, aunque lo comente varias veces con la esperanza de que
llegara a los oidos adecuados y se refiere a lo siguiente; Una de las
actividades que se ofrecian era un paseo hasta una zona denominada El
Mirador y luego una visita a un centro de artesanos que mostraba, y
vendia, artesanias de todas las regiones de Colombia, tambien una
corta visita a una tienda donde se podrian comprar dulces tipicos y
otros productos comestibles. Ese era el plan. Eso no fue lo que paso.
Salimos en autobus alrededor de las 6 de la tarde, una vez
finalizadas las exposiciones y presentaciones de ese dia, y agarramos
via hacia el aeropuerto. Nunca nos detuvimos en el mirador pues,
aparentemente estaba muy nublado para poder apreciar nada.
Ciertamente habia llovido un poco en la tarde pero a mi me parecio
que la noche estaba clarita, de hecho, el autobus que venia despues
de nosotros si se detuvo. Lo grueso del cuento en realidad se refiere
a que llegamos a este centro de exposiciones, Caballo de Troya, que
en realidad es una tienda tipo Hannsi (en Caracas) que si bien tiene
productos de todas partes, su intencion es venderlos, no que los
admires tipo exhibicion. Alli estuvimos bastante tiempo, muchisimo en
realidad, y no nos dejaban salir de la tienda hacia el autobus para
buscar abrigos ni nada (estaba haciendo frio) “Hasta que no
estuvieramos todos juntos e ir caminando a la otra tienda de los
dulces” que al final resulto un restaurante, Sancho Paisa, al que
llegamos caminando por la orilla de la carretera. Caimos toditos como
venaditos!!! No puedo describir la furia que teniamos la mayoria de
nosotros, que nos sentimos cuasi secuestrados y enganados. Para
rematar algunas personas del grupo decidieron cenar en ese
restaurante por lo que nos informaron que tendriamos que esperar a
que ellos terminaran y estuvieramos “todos juntos” (ordenaditos y
calladitos, supongo) para volvernos en autobus de nuevo. Eramos un
grupo de alrededor de 14 personas que no estabamos dispuestos a
esperar y Manuel exigio que nos enviaran un medio de transporte para
que nos regresaran. Despues de varios dimes y diretes, donde hasta la
pobre chica de la tienda dio un mal paso y se cayo en la acera, nos
enviaron una van donde cupimos mas o menos, yo iba como San
Pancracio, pero ya lo que queria era llegar y comerme mi truchita. Al
dia siguiente lo dejamos saber a montones de personas, nadie supo
nunca quien habia organizado eso ni quien era responsible de este
engano y mal rato. Una cosa es que te ofrezcan un paseo para admirar
Medellin desde un mirador y luego una visita a una exhibicion de
artesanias y a una venta de dulces tipicos y otra muy distinta ser
arreados, sin salida y sin información.
Hicimos un paseo en autobus turistico
para conocer la ciudad, pero debido al trafico y al calor, es un poco
canson. Sin embargo el recorrido y la narracion son muy completos y
amenos.
Fuimos tambien al Pueblito Paisa, en la
cima del Cerro que lleva el nombre del Cacique Nutibara que recrea un
tradicional pueblito de la zona de Antioquia de principios de siglo.
Tiene su fuentecita en el centro de la plaza principal, su Iglesia y
casitas alrededor a la usanza de los pueblos latinoamericanos. Cada
casita es una tiendita con los souvenirs de siempre y tambien hay
puestos de raspados, helados y comidas rapidas tradicionales. Es un
sitio muy especial para admirar a Medellin y darse cuenta del tamano
que tiene!!!
Me gusto Medellin, sobre todo por la
gente, siempre fueron amables y educados, pero muy calidos, y me
gusto sentirme rodeada de nuevo por gente de nuestra sangre y gustos.
Ahora, a Bogota!